El consumo frecuente de pornografía tiene una tendencia a intensificarse. Debido a la naturaleza adictiva de la pornografía, los consumidores de pornografía suelen necesitar una dosis cada vez mayor a lo largo del tiempo para sentir el mismo nivel de deleite, y a menudo tienen que buscar formas de pornografía más extremas y explícitas. Los consumidores de pornografía pueden llegar a un punto en donde pueden gozar cada vez menos de la pornografía, pero la quieren cada vez más.
¿Alguna vez se ha preguntado cómo se mantienen en el negocio los pornógrafos que cobran por su material cuando existe tanta pornografía disponible de forma gratuita? Como lo explica Wendy Seltzer, una abogada y becaria de la Escuela de Leyes de Yale, la respuesta es realmente muy simple: una vez que los consumidores de pornografía quedan enganchados, querrán más y más. «Ver [pornografía gratis] sólo estimula sus apetitos para más», dice Seltzer. «Una vez que terminan con lo que está disponible de forma gratuita, avanzarán hacia los servicios de pago». [1]
¿Cómo pueden estar tan seguros los pornógrafos? La respuesta está justo ahí al interior del cerebro.
Al igual que cualquier sustancia potencialmente adictiva, la pornografía provoca la liberación de dopamina en una parte del cerebro llamada el centro de recompensas (también conocida como vía o sistema de recompensa). [2] Básicamente, el trabajo del centro de recompensas es el de hacerlo sentirse bien cada vez que usted hace algo saludable, como comer una gran comida, tener relaciones sexuales o hacer una buena rutina de ejercicios. [3] El subidón que usted obtiene le hace querer repetir el comportamiento una y otra vez. [4] (Ver Como afecta la pornografía al cerebro como una droga?.) Su cerebro está programado para motivarlo a hacer cosas que mejoren su salud y sus posibilidades de supervivencia. [5] Simple.
Bueno…no tan simple. Los investigadores han descubierto recientemente que el centro de recompensas consiste en realidad de dos sistemas cerebrales diferentes: un sistema de «Me Gusta» y un sistema de «Quiero», que funcionan de maneras diferentes, y a veces opuestas. [6] Entendiendo su funcionamiento ayuda a explicar por qué la pornografía puede formar hábito y por qué consumir pornografía es con frecuencia un comportamiento que se intensifica.
Me Gusta
El sistema «Me Gusta» es una pequeña parte del centro de recompensas. [7] proporciona las sensaciones agradables que se obtienen cuando se gana un partido, se comparte un beso o se experimenta cualquier recompensa natural y saludable. [8] Por desgracia, también se enciende para recompensas falsas como para los cigarrillos, las drogas, o la pornografía, que es la razón por la cual las sustancias adictivas se sienten agradables al principio. [9]
Cuando algo activa su centro de recompensas y usted siente ese subidón intenso del sistema «Me Gusta», el cerebro empieza a producir una sustancia química llamada CREB. [10] CREB actúa como un juego de frenos en el sistema de recompensas. [11] Normalmente, esto hace que el placer se desvanezca y lo deja sintiéndose saciado y listo para seguir con su vida. (Ver Como puede la pornografía volverse adictiva.)
Pero si el sistema «Me Gusta» es estimulado demasiado a lo largo del tiempo (como sucede muchas veces con las drogas o la pornografía), los niveles CREB se acumulan hasta que su respuesta completa al placer se insensibiliza. [12] Algunos investigadores creen que un exceso de CREB es la razón por la que los adictos experimentan tolerancia, lo cual significa un menor disfrute del estimulante y una necesidad de utilizar dosis más altas del mismo para lograr un subidón. [13] De hecho, demasiada CREB flotando por el cerebro puede atenuar el disfrute de cualquier cosa, lo que podría explicar por qué los adictos con frecuencia se sienten aburridos, distantes y deprimidos. [14]
Quiero
El sistema «Quiero» es una zona mucho más grande en el centro de recompensas y hace que el cerebro se reprograme en respuestas a placeres intensos. [15] Con la ayuda de una proteína llamada DeltaFosB, el sistema «Quiero» construye nuevas conexiones cerebrales para que usted pueda recordar la experiencia y repetirla después. [16] (Ver Como cambia la pornografía el cerebro?.)
Es llamado sistema «Quiero» porque esas nuevas conexiones nerviosas le hacen ansiar esa experiencia placentera. [17] Mientras más a menudo se repite la experiencia, más fuertes se vuelven esas conexiones nerviosas, y más fuertes se vuelven las ansias. [18] DeltaFosB es a veces llamada «el interruptor molecular de la adicción» porque refuerza las ansias y, si se acumula lo suficiente en el cerebro, puede activar los genes que vuelven al consumidor más vulnerable a la adicción. [19]
DeltaFosB no solamente le hace recordar la experiencia placentera en sí; también forma conexiones hacia los detalles asociados con dicha experiencia. Estas asociaciones (llamada «señales») se encuentran en todo tipo de adicciones. [20] Para un fumador, una señal puede ser el olor del humo de cigarrillo. Un alcohólico puede desarrollar vías que se activan con ver una botella o escuchar la voz de un compañero de bebida. Las señales pueden ser cualquier cosa que el cerebro asocie con la experiencia. Para un consumidor de pornografía, puede ser la memoria de una escena porno o un lugar u hora del día en la que pueda estar a solas con el internet. Para un adicto, el mundo entero comienza a parecerle una colección de señales y detonantes que lo llevan de vuelta a su adicción. [21] Gradualmente, las vías de la pornografía se sensibilizan, lo que significa que son activadas fácilmente por todas las señales de los alrededores. [22]
¡Espere! ¿No dijimos que CREB embota los nervios, haciéndolos menos sensibles? Ahora estamos diciendo que DeltaFosB los vuelve más sensibles. Bueno, ¿en qué quedamos?
En realidad, ambos. Recuerde, estamos hablando de dos sistemas cerebrales diferentes. Con una exposición repetida a la pornografía, el sistema «Quiero» se vuelve más sensible a las señales que causan ansias. Al mismo tiempo, el sistema «Me Gusta» se vuelve menos sensible al placer. Esa es la horrible ironía de cualquier adicción: el consumidor quiere más y más, incluso cuando le gusta cada vez menos. [23]
La pornografía es un comportamiento que se intensifica porque a medida que algunos consumidores desarrollan tolerancia, la pornografía que solía excitarlos les comienza a parecer aburrida. [24] Como era de esperar, a menudo tratan de compensar pasando más tiempo con la pornografía y/o buscando material cada vez más explícito en un esfuerzo por recuperar la excitación que solían sentir. [25] Muchos consumidores de pornografía descubren temas de agresión, violencia y actos cada vez más atrevidos colándose en sus hábitos y fantasías. [26] Pero no importa lo chocante que sus gustos se vuelvan, usted puede apostar a que habrá pornógrafos esperando a vendérselos.
Si usted está siendo arrastrado -o conoce a alguien que lo esté- a cada vez más pornografía, ¡no es demasiado tarde! Es posible dejar la pornografía y reemplazarla con hábitos saludables. El cerebro puede comenzar a sanar y los consumidores pueden recuperar la capacidad de sentir y disfrutar plenamente de sus vidas otra vez. Miles ya lo han hecho. [27] Haga clic aquí para enterarse cómo obtener ayuda.